Es comprender que tal vez amar es otra cosa. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no lo consigues con un contrato de compra-venta. Que te lo entregarán sin pedir nada a cambio. Debes merecerlo cada día. Porque cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo si de verdad así lo quieres, sin esperar atrapar su corazón. No cometas un error. El corazón tiene piernas. Porque el corazón tiene que fluir y si no fluye se marcha a otro lugar.
