Cuando creas que no hay salida, cuando creas que todo ha terminado, cambia el punto de vista.
No mires a tus pies, levanta tus ojos y verás otra salida.
Puede ser que tengas que cambiar algo, quizá es hora de dejar un tren y embarcarte en una lancha, cambiar tierra firme por mar abierto.
Puede ser que haya que adaptarse a algo nuevo.
Puede ser que ese algo nuevo sea algo definitivo.
Puede ser que descubras que siempre fuiste pez o sirena.
Puede ser ella...
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