Hay veces que uno tiene dolor de mandíbula de tanto forzarla, y se debe a que la sonrisa se ha ido de vacaciones, se ha cansado de nosotros y se larga sin previo aviso.
Búscala, la encontrarás en algún rincón inesperado, jugando al escondite o en la calle esperándote. Necesita relajarse, cuando la encuentres te la pones, regala sonrisas y te conviertes en un simple payaso.
Los payasos viven, aman, actuan, no son perfectos pero sí expertos en fracasar y volver a ponerse en pie buscando el éxito, con o sin miedo, se arriesgan.
Sonríe, a pesar de todo.
Dedicado a mi hermano, un buen payasete...
jajajajaja q bueno .... pero el Pepito es el mejor .... muaaaaaaaa
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